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martes, 30 de noviembre de 2010

Formulación de Objetivos

Podría decirme, por favor, qué camino he de seguir desde aquí?
- Eso depende en buena medida del lugar adonde quieras ir - dijo el gato
- No me importa mucho adónde .. - dijo Alicia
- Entonces no importa por donde vayas - dijo el gatoLewis Carroll, 

Alicia en el país de las maravillas.



La PNL estudia cómo el lenguaje afecta nuestros pensamientos, conductas y acciones. Aprovechemos el lenguaje para revisar el método que utilizamos para establecer y lograr nuestros objetivos.
En general , cuando tenemos problemas para lograr nuestras metas nos hacemos las siguientes preguntas:

1. ¿Qué está mal?
2. ¿Por qué tengo este problema?
3. ¿De qué manera me limita y qué puedo hacer?
4. ¿Cómo este problema me detiene para hacer lo que yo quiero?
5. ¿De quién es la culpa de que tengamos este problema?
6. ¿Cuál es el peor momento en el cual has experimentado este problema?
7. ¿Por cuánto tiempo lo has tenido?

lunes, 22 de noviembre de 2010

Creencias que limitan

Se dice que el hombre necesita creer en algo, y es una necesidad entendida en varios planos, por ejemplo en el plano espiritual, creer o no creer en Dios, creer en la existencia de otra vida, creer en el amor y darle una forma, significado, por dar algunos ejemplos; no entraré en este aspecto del plano espiritual; lo dejo para otro momento de inspiración.

También tenemos otras creencias como: soy un buen líder, soy puntual, creo y estoy convencido que soy buen conductor, Pero, ¿existirán creencias que limitan nuestra vida, que te limitan hacer algo que quieres lograr o simplemente hacer en tu vida? ¿De dónde viene eso?, ¿cómo nacen o se conforman las creencias?, ¿cuál es el proceso que siguen? Hay algunas frases que me vienen al recuerdo: “Pablo no es bueno para las matemáticas”, “Juan es un buen líder”, “Esa carrera no te dará dinero”, “si eliges esta profesión te vas a morir de hambre” y así, para dar algunos ejemplos. Estas son una serie de creencias, que se expresan a través del lenguaje, dentro de nuestra comunicación.

Autoestima y PNL (Parte 2)

En la primera parte vimos por qué es importante la autoestima y cuales son los dos factores principales de la autoestima, a saber, competencia y merecimiento. En esta segunda parte describiré algunas maneras de mejorar la autoestima, señalaré la relación existente entre la PNL y la autoestima, y mostraré cómo la formación en PNL favorece y mejora la autoestima de las personas.

Las personas que logran desarrollar un céntimo de autoestima,
han entendido en lo más profundo de sí,
que la vida es un proceso de evolución,
que siempre conserva su capacidad para cambiar (Virginia Satir).


Autoestima y PNL (Parte 1)

Mucho se habla de la autoestima y de su importancia, pero como el mapa no es el territorio, cada persona se refiere a una cosa diferente cuando habla de autoestima. Entonces, ¿qué es la autoestima?. Asimismo, todo el mundo piensa que tener una buena autoestima es importante, pero ¿cómo podemos mejorar la autoestima?. En estos dos artículos sobre Autoestima y PNL intentaré responder a estas preguntas. Igualmente comentaré la relación que existe entre la autoestima y la PNL, y cómo la formación en PNL ayuda a mejorar la autoestima.

1. ¿Por qué es importante la autoestima?

En primer lugar, porque se ha demostrado, que la autoestima está relacionada con la salud, y que la carencia de autoestima (sentimiento de inadecuación y de falta de valor) está relacionada con la enfermedad (depresión, suicidio, ansiedad, relaciones problemáticas, trastornos de personalidad).

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Planificación Estratégica para el Éxito en Cualquier Proyecto

Aquí tienen una plantilla sencilla para el éxito en cualquier proyecto. En este artículo estoy hablando de un ejemplo de salud y bienestar, ya que es el proyecto que actualmente estoy trabajando en mí misma.
Primero considérate – a ti mismo en este caso como un proyecto.

Decide tus metas ‘globales’

Escribe tus metas (objetivos, propósitos, resultados):
  • Quieres perder X peso.
  • Quieres lograr Y forma y tono
  • Quieres lograr Z estado físico
Tip: Escribirlos es una Buena forma de comprometerse con ellos, como lo es decir a la gente tus propósitos y objetivos. Verifica las condiciones de buena formación para los resultados deseados:
¿Cómo voy a saber cuando ya lo obtuve? (¿Que voy a ver, escuchar, sentir, etc..) Hasta que obtienes específicos establecidos en forma positiva.

Las Presuposiciones

Las Presuposiciones de la PNL es un tema en el que a pesar que ya se ha escrito mucho de él en internet, me gustaría desarrollarlo, ya que para aquellos que están iniciandose en la PNL les permitirá conocer y entender las bases de esta tecnología. Su importancia es tal que los practicantes Cetificados en PNL, de acuerdo a The Society of Neuro-Linguistic Programming®, las toman como guías de actuación en los diversos contextos en los cuales se desempeñan.
Durante una certificación de Practicante en PNL por un instituto avalado por The Society of Neuro-Linguistic Programming®, se evalúa si esta persona ha integrado a nivel comportamiento las presuposiciones básicas de la PNL, ya que esta integración es un requisito para certificarse.
Es común encontrar más de una versión sobre las presuposiciones de la PNL, variando y dependiendo de los Institutos, entrenadores o autores. Las presuposiciones que se describen en en este artículo son las utilizadas para efectos de certificación como practicante por The Society of Neuro-Linguistic Programming® (si quieres consultar los requerimientos en inglés están en la siguiente liga: http://www.purenlp.com/praccert.htm ).

  • El mapa no es el territorio.

    Esta presuposición está basada en que realidad pasa por diversos filtros antes de que hagamos cualquier distinción de la realidad, lo cual impide que percibamos íntegramente lo que es la realidad.
    El ojo humano puede percibir las longitudes de onda que existen entre 400 y 700 nanometros siendo capaz de captar las variaciones de la longitud de onda de ese espectro y visualizarlo como diferentes colores, desde el violeta hasta el rojo. Aunque el ojo humano no es capaz de percibir los colores fuera de ese espectro, se ha comprobado que existen. Es más, usamos la luz infrarroja en algunos sensores electrónicos en los elevadores, unidades de diskette, controles de acceso, etc. y la luz ultravioleta como un método de desinfección. Aún así el ojo humano no puede ver los colores fuera del rango mencionado anteriormente. En la percepción de la realidad de los seres humanos no existen estos colores, aunque en la realidad si existen. En la percepción que tenemos del mundo no hay distinciones que podamos hacer de esos colores, lo cual hace que nuestra percepción de la realidad sea distinta que la realidad misma donde si existen esos colores.
    Algo similar ocurre con los sonidos. El oído humano percibe ondas sonoras periódicas si sus frecuencias tienen valores comprendidos entre 20 Hz y 20,000 Hz, aproximadamente. Ondas sonoras periódicas que tengan frecuencias fuera de este intervalo no son percibidas por el oído humano. Esto no quiere decir que no existan, ya que las ondas de ultrasonido se utilizar para realizar análisis en distintas áreas, sino que simplemete no podemos percibirlas y hacer distinciones de estos sonidos.
    De igual forma podemos encontrar filtros análogos para los demás sentidos (tacto olfato y gusto).
    Otro tipo de filtro lo forma el lenguaje o idioma que utilizamos. Por ejemplo en inglés el verbo "To be"significa en español "ser" o "estar". ¿Cómo actúa este filtro?, muy sencillo, para la gente que hablamos español no es lo mismo "ser borracho" que "estar borracho". Sin embargo para la gente que habla inglés es lo mismo. (Si han intentado explicar esta diferencia a alguien que habla inglés lo habrá notado en una forma más vívida esta diferencia). Este ejemplo (sin ser el único) ayuda a entender porqué la gente que habla otros idiomas tiene tiene una percepción del mundo distnta a los que hablamos español.
    Otro filtro adicional lo imponen nuestras experiencias particulares. Sin importar si dos personas viven en la misma casa, en el mismo lugar y al mismo tiempo, como suele suceder con las personas que viven en una misma casa, cuando les preguntamos por separado sobre agún recuerdo en específico de alguna experiencia que les sucedió hace algunos años, es muy factible que encontremos diferencias en sus descripciones, generadas por sus experiencias personales. Incluso algunas veces podemos obtener descripciones diametralmente distintas sobre el mismo suceso. Ahora, si esto sucede con personas que "vivieron la misma experiencia". ¿Qué sucede con personas que no tienen una convivencia tan cercana?.
    ¿Y qué tienen que ver los filtros con el mapa y el territorio?. Debido a los filtros antes mencionados, no operamos sobre la realidad, sino sobre una interpretación mas o menos rica de la realidad. Todas las decisiones, emociones e interacciones las hecemos sobre una interpretación de la realidad (el mapa), más que sobre la realidad en sí misma (el territorio).
    La cartografía funciona porque asumimos que "el mapa no es el territorio", cuando usamos un mapa en forma correcta sabemos que los mapas sólo son representaciones del territorio, nunca son el territorio. Los mapas nos ayudan a describir el territorio, a orientarnos, a desplazarnos y a utilizar mejor los territorios, sin embargo no son el territorio. De nada me sirve estar en la ciudad de México con un mapa de Nueva Orleans, este mapa no me serviría para llegar a ninguna parte en la Ciudad de México. Así mismo los mapas deben actualizarse para reflejar los cambios de la realidad. Un mapa de la ciudad de México editado en 1910, no me sería de gran utilidad, ya que a este mapa le faltarían todos los cambios realizados en la ciudad desde ese entonces hasta la fecha. Sin embargo ¿Qué sucede con nuestros mapas mentales?, ¿Los tratamos y utilizamos igual que los mapas cartográficos...? ¿A la hora que interactuamos con los demás tenemos en cuenta que pueden tener mapas distintos a los nuestros sin que ninguno de los dos refleje totalmente la realidad...?

  • La habilidad de cambiar el proceso por el cual experimentamos la realidad es menudo más valiosa que cambiar el contenido de nuestra experiencia de la realidad.

    Agunos llamarían a este el 
    "tema tanga", ya que a pesar de su brevedad cubre lo más importante.
    Voy a tratar de explicar cómo trabajan muchas de las operaciones de cambio que se realizan utilizando PNL. Hay muchas técnicas de la PNL, que más que intentar cambiar una experiencia en sí misma lo que hacen es cambiar el porceso por medio del cual interpretamos esa expreriencia. (La intervención realizada bajo esta presuposición, hace cambios al mapa, no en el territorio en sí mismo). En muchas de las intervenciones ni si quiera se busca conocer el porqué de un comportamiento a modificar, más bien se busca entender cómo se genera ese comportamiento y a partir de ahí modificarlo o encuadrarlo en en un entorno donde es más eficiente. Es debido al entendimiento y al uso hábil de esta presuposición que un practicante de PNL bien entrenado podrá realizar cambios rápidos, casi milagrosos y algnas veces inexplicables en sus intervenciones.

  • El significado de tu comunicación es la respuesta que obtienes.
  • Esta presuposición que hace la percepción de la comunicación en la PNL sea distinta. Un buen comunicador que utilice las técnicas de PNL, normalmente actuará (conciente o inconcientemente) utilizando esta presuposición. ¿Que es lo que hace que la PNL cambie en forma radical la comunicación tradicional?, El entendimiento y aplicación de lo siguiente: "No importa lo que comuniquemos, ni la forma en que lo comuniquemos, el significado, lo más importante de la comunicación, está en la respuesta que obtenemos....."
    1. ¿Que es lo que buscamos cuando comunicamos?, ¿Decir algo?, ¿Sentirnos bien?, ¿Alguna respuesta en específico de nuestro interlocutor?. Cuando nos comunicamos obtenemos algún tipo de respuesta por parte de nuestro interlocutor. Si lo más importante de la comunicación es la respuesta, esto implica que antes de comunicarnos debemos tener en mente la respuesta que queremos, y adaptar el contenido y la forma de la comunicación a obtener la respuesta que queremos. Para variar nos detendremos un poco antes de comenzar a comunicarnos para tener claro que respuesta queremos obtener, y a partir de ahí decidir qué vamos a comunicar y cómo lo vamos a comunicar.
    2. Otra implicación adicional es que debemos estar sumamente atentos a la respuesta. ¿Cuantas veces nos percatamos de la respuesta que obtenemos?. Algunas veces estamos tan obsesionados con lo que queremos comunicar y con la forma en que lo queremos comunicar, que olvidamos percibir la respuesta que obtenemos. Ese hecho es tan contundente que no sólo la PNL se ha dado cuenta de este hecho Don Sheehan en su libro "¡Cállese y venda!" dedica una buena sección de su libro a enseñar a los vendedores a callarse y a ver las respuestas que obtienen de los clientes, ya que muchos vendedores están tan inmersos en su rutina de ventas, que olvidan percibir la respuesta del cliente, a tal grado que muchas veces por seguir su rutina de ventas, pierden una venta que ya estaba hecha por no estar atentos a las respuestas del cliente. ¿Cuantas veces no nos sucede algo similar?. Estamos tan obsesionado con lo que queremos comunicar que olvidamos ver la respuesta, e inclusive, algunas veces que obtenemos la respuesta que queremos antes de lo previsto, nos enojamos y nos frustramos porque no hacemos nuestro patrón de comunicación que habíamos planeado. Esto es algo muy común en el ambiente empresarial. En los cursos de comunicación profesional se nos enseña a no dar la espalda mientras presentamos, a usar el retro-proyector, o el equipo de presentación. Se nos enseña a usar los programas de pesentación, se nos esnseña a planear la estructura y el contenido de la presentación, se nos enseña a usar notas de la presentación, sin embargo no he asistido a un solo curso donde se enseñe a planear de la respuesta que esperamos obtener, es más no solo no se planea, no se enseña a percibir la respuesta que obtenemos. Si no se planea la respuesta que esperamos obtener, no se nos enseña a percibir la respuesta, ¿Cómo podemos alcanzar un objetivo de comunicación y ser efectivos al alcanzarlo?.
    3. ¿Que pasa si la respuesta que obtengo no es la que deseo obtener?, simplemete cambia tu forma de comunicación, haz algo distinto hasta que obtengas la respuesta deseada, lo cual me permite introducir la siguiente presuposición.

  • Retroalimentación vs. Fracaso - Todos los resultados y comportamients son logros, ya sea que sean o no sean los resultados deseados para una tarea/contexto.

  • ¿Cuántas personas no hemos visto que se consideran un fracaso cuando no obtienen los resultados que esperaban al primer intento?. Esta presuposición nos enseña cómo responder cuando no obtenemos el resultado que esperamos. De hecho esta presuposición no sólo aplica en la comunicación sino en cualquier entorno de la vida.
    Cualquier resultado o comportamiento que obtengamos como respuesta lo podemos considerar como retroalimentación, esto es nos puede servir como un indicador para ver si ya obtuvimos el resultado deseado. Un indicador es algo que indica o sirve para indicar, algo que nos da información. Por ejemplo, cuando manejamos un automóvil, nos podemos proponer ir a una rapidéz determinada. La información que nos proporciona el odómetro nos dice aproximadamente qué tan rápido vamos en un momento dado. Si no vamos con la rapidez deseada, con la infomación proporcionada por el odómoetro creamos un ciclo de retroalimentación. Crear un ciclo de retroalimentación implica que lo que hacemos con esa información nos sirve como referencia para saber si aceleramos el vehículo, los desaceleramos, o incluso lo frenamos para viajar a la rapidez deseada. Una vez aplicada la acción volvemos a leer la información que nos proporciona el odómetro, para saber si ya vamos con la rapidez que nos propusimos. De no ser así aplicamos una acción para corregir la velocidad y volvemos a verificar la información del odómetro y hacemos correciones y lecturas sucesivas hasta ir a la rapidez deseada. En el caso del automóvil el resultado obtenido (la rapidez a la que vamos) lo podemos considerar un fracaso y sufrir el resto de nuestras vidas sin lograr nuestro objetivo (ir a la rapidéz que nos propusimos); o podemos considerarlo como un logro (ya que sabemos que no hemos alcanzado nuestro objetivo y a partir de esta información hacer algo distinto para alcanzarlo), y a con esa información generar un ciclo de retroalimentación.
    En resumen, cuando la información que recibimos nos dice que no obtuvimos el resultado deseado, más que considerarla como un fracaso debemos considerarla como un logro, ya que sabemos una forma que no funciona en este contexto específico para obtener nuestro objetivo, y a partir de esta información hacer otra cosa hasta alcanzar nuestro objetivo.
    De hecho el modelo TOTE (Test Operate Test Exit) está basado en esta presuposición.

  • Todas las distinciones que los seres humanos son capaces de hacer concernientes a nuestro ambiente y nuestro comportamiento pueden ser representadas en forma útil por medio de los sentidos visuales, auditivo, kinestésico, olfativo y gustativo.

  • La importancia de esta presuposición radica en que nos da la posibilidad de trabajar con cualquier distinción o comportamiento, ya que:
    1. Cualquier experiencia o distinción de nuestro comportamiento y nuestro ambiente se puede y de hecho la representamos por medio de imágenes, sonidos, sensaciones, olores y sabores.
    2. Si cualquier distinción o comportamiento puede ser representado por medio de nuestros sentidos utilizando los tecnicas de PNL podemos cambiarle el significado y la interpretación que hacemos de ellos.
    3. Si alguna distinción o comportamiento no se ha representado por medio de nuestros sentidos, podemos hacer una representación útil para efecto de trabajar con ella.

  • El valor positivo de un individuo se mantiene constante, mientras que el valor y la propiedad del comportamiento interno o externo son cuestionados.

  • Personalmente pude entender esta presuposición hasta que tuve la oportunidad de asistir a un curso son Richard Bandler. Durante el curso el hizo incapié que la PNL no es una herramienta de diagnóstico (Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, define al diagnóstico como la calificación que da el médico a la enfermedad según los signos que advierte).
    En la PNL no calificamos enfermendades. Durante toda mi formación en PNL, nunca se mencionó alguna forma de calificar enfermedades. De hecho pensándolo detalladamente en todo el material que he leído de autores confiables de PNL, jamás he visto alguna herramienta de diagnóstico, o alguna mención a una herramienta de diagnóstico.
    Revisando la presuposición dice "el valor y la propiedad del comportamiento interno o externo son cuestionados". Dentro de la práctica de la PNL, sólo cuestionamos comportamientos, en su propiedad, valor y funcionalidad que puedan tener dentro de un entorno determinado.
    La propiedad y el valor de las personas no se cuestiona, ya que todas las personas toman la mejor opción que tienen disponoble en cada momento. Es descir hacen lo mejor que pueden con los ecursos que tienen disponibles.
    En resumidas cuentas en la PNL no diagosticamos, ayudamos a las personas a tener un "mapa" más funcional y con más opciones, ayudandoles a cambiar o a situar en un mejor entorno los comportamientos internos o externos.

  • Existe una intención positiva que motiva cualquier comportamiento; y un contexto en el que cada comportamiento tiene valor.

  • Esta presuposición nos muetra cómo se ven los comportamientos bajo la PNL. Esencialmente la interpretación que tiene es que todo comportamiento (sin importar cuál sea) tiene una intención positiva. Cuando un comportamiento aparenta no tener un a intención positiva, más bien quiere decir que ese comportamiento se encuentra fuera del contexto bajo el cual se originó (que es el contexto en el que el comportamiento tiene valor).

  • Los recursos que un individuo requiere para efectuar un cambio ya existen dentro de él.

  • Finalmente, para realizar los cambios utilizamos los recursos con los que ya cuenta la persona, es decir, para generar cambios en las personas no es necesario introducir nuevos recursos, (curiosamenrte esto funciona en las personas y en las organizaciones). El cambio es más rápido y fácil si vemos que recirsos tiene actualmente la persona y con esos mismos recursos generamos el cambio deseado.

viernes, 17 de septiembre de 2010

El metamodelo del lenguaje

El metamodelo del lenguaje nos proporciona un conjunto de preguntas que nos permiten recuperar información desde la estructura profunda del lenguaje a partir de la estructura superficial. Es decir, a partir de las palabras de nuestro interlocutor, podemos hacer una serie de preguntas que nos permiten conocer en más detalle la experiencia completa del otro a través de sus filtros mentales (creencias, valores, etc). Su objetivo es aclarar significados, identificar limitaciones y encontrar opciones. No se trata de tener razón, sino de explorar la experiencia profunda de una persona mientras también el otro obtiene una mayor comprensión de su modelo del mundo.
Orígenes del metamodelo
El metamodelo del lenguaje fue desarrollado por Grinder y Bandler mientras modelaban a dos terapeutas muy exitosos, Fritz Perls (terapia Gestalt) y Virginia Satir (terapeuta familiar). Estos expertos obtenían resultados extraordinarios de sus pacientes pidiéndoles que fueran más específicos sobre lo que contaban, utilizando una serie de preguntas para recoger información y comprender mejor el problema de sus clientes. Grinder y Bandler observaron que, al moverse desde la estructura profunda a la superficial, es decir, al poner en palabras sus experiencias, las personas, de manera inconsciente:

Cómo especificar objetivos

Titulo este artículo “Cómo especificar objetivos” aunque en PNL preferimos centrarnos en resultados más que en objetivos. Un objetivo se puede entender como un “fin hacia el que se dirigen los esfuerzos”, mientras que un resultado es una “consecuencia de una acción”. Mucha gente tiene problemas a la hora de plantearse objetivos y conseguirlos. Sin embargo, hagamos lo que hagamos, siempre obtendremos un resultado. Si el resultado no es lo que estábamos buscando, podemos tomarlo como feedback y hacer los cambios apropiados para obtener un resultado más apropiado la próxima vez. Pensar en resultados nos permite estar siempre trabajando en una dirección determinada.
Para cualquier cosa que hagas (una reunión, escribir un informe, hacer una dieta, ejercitarte), ten un resultado en mente. Procura que éste esté definido claramente y que resulte significativo para ti. A menudo sucede que, al empezar a hacer algo, no tenemos un resultado en mente y terminamos ayudando a otros a lograr los suyos. Y luego se lo echamos en cara, o nos lo echamos en cara a nosotros mismos, porque han logrado sus propósitos a nuestra costa.

Las características del resultado
Cualquier resultado que queramos lograr nos será mucho más asequible si definimos los siguientes parámetros para el mismo:
  • Medible: ¿Cómo sabrás si estás avanzando hacia el objetivo? ¿Qué debe suceder para que sepas que ya has conseguido el resultado que deseabas?
  • Significativo: ¿Cómo de importante es este resultado para ti?
  • Factible: ¿Crees que tu resultado es factible? Se trata de lo que tú creas; lo que otros crean es irrelevante.
  • Congruente: ¿Es tu resultado coherente con quién eres o hay conflictos (internos o externos) que debes resolver primero?
  • Específico: Tu resultado debería estar descrito de una manera sencilla. Así evitarás cualquier confusión en tu mente inconsciente sobre lo que hay que hacer.
  • Limitado en el tiempo: Debes especificar un momento en el tiempo en el que deberás lograr tu resultado. Decir mañana o el mes que viene es inútil. Mañana siempre será mañana.
  • Hacia lo que deseas: Uno consigue aquello en lo que se enfoca. Si tu objetivo es “no fallar”, terminarás fallando. Empezarás a darte cuenta de todos los signos del fracaso en vez de encontrar signos de éxito. Si te enfocas en lo que no deseas, le estás diciendo a tu mente que cualquier otra cosa es aceptable, y es incluso posible que lo que logres sea peor que lo que tienes ahora.
  • Ecológico: ¿Se encuentra el resultado que quieres lograr alineado con tus valores? ¿Cuál es el impacto potencial en aquellos sistemas de los que formas parte? ¿Y sobre tu salud y tu bienestar?
  • Responsable: Sé proactivo. Asume la responsabilidad por tus acciones y las consecuencias de haber obtenido finalmente tu resultado.
  • Apasionado: Sin una pasión que respalde los resultados que quieres lograr, lo único que queda son unas pocas palabras. La pasión será lo que guíe tus actos y tu éxito. Dominará tus conversaciones, tus pensamientos, tus acciones y tu ser mismo. Para que puedas sentir pasión por tu objetivo, éste debe estar alineado con tus valores. Fracasarás a la hora de alcanzar un resultado si este es demasiado insulso o si alguien te lo ha impuesto. En la vida no tienen éxito los más talentosos o los más listos, sino aquellos empujados por la pasión.
  • Haz como si: A partir de este momento, comienza a vivir como si ya hubieras conseguido tu resultado.
Partiendo de estas premisas, veamos cómo especificar un resultado de la manera más efectiva y eficiente posible.

Cómo especificar resultados
A partir de los parámetros definidos anteriormente, podemos hacer una pequeña lista que tener en mente a la hora de formular el resultado que perseguimos. El resultado debe ser:
  • Expresado de manera sencilla y positiva
  • Demostrable y medible a través de la experiencia sensorial
  • Ubicado específicamente: ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Con quién?
  • Iniciado y mantenido por uno mismo, independientemente de lo que hagan los demás
  • Ecológicamente aceptable (el impacto sobre el sistema debe ser aceptable)
Para ganar más claridad sobre el resultado que deseamos obtener, recurriremos a dos baterías de preguntas.

A) Nos lleva a tomar consciencia de nuestro estado y de nuestros comportamientos actuales.
  • ¿Qué te está sucediendo ahora exactamente?
  • ¿En qué situaciones y contextos te sucede?
  • ¿Cómo sabes que tu estado actual es un problema?
  • ¿Ha habido alguna vez en que no te haya sucedido tu estado actual?
  • ¿Qué beneficio o ganancia secundaria estás obteniendo con tu estado actual?

B) Nos revela el camino hacia el resultado deseado y nos ayuda a identificar y a despejar los obstáculos que nos separan de él.
  • ¿Qué es, exactamente, lo que deseas o quieres conseguir?
  • ¿Cómo sabrás que lo has conseguido? ¿Qué verás, oirás y sentirás cuando lo obtengas? ¿Cómo sabrán los demás que has conseguido lo que querías?
  • ¿Dónde, cuándo y con quién lo quieres conseguir? ¿Dónde, cuándo y con quién no quieres que ocurra?
  • ¿Qué conseguirás con ese resultado cuando lo hayas logrado? Es decir, ¿cómo contribuye este resultado a mejorar tu vida?
  • ¿Qué te impide conseguirlo ahora? ¿Qué recursos necesitas para lograrlo? ¿Cuál es el primer paso que vas a dar? ¿Y cuáles podrían ser los tres siguientes?
  • ¿Qué efecto tendrá este resultado en tu vida una vez lo hayas conseguido?
    • En el ámbito personal, tanto positiva como negativamente.
    • En las personas que te rodean y que conviven contigo (padres, pareja, compañeros de trabajo, amigos, etc.), tanto positiva como negativamente.
  • ¿Cuál es tu nivel de compromiso con el resultado? En una escala de 1 a 10, ¿cómo lo puntuarías?
  • Una vez logres el resultado que deseas lograr, ¿qué repercusión tendrá a la hora de lograr resultados en el futuro?

Cada vez que te plantees un objetivo en tu vida y sea realmente importante para ti, hazlo mediante este método. Responde a todas las preguntas y considera todos los posibles escenarios.

Valores (3): Adaptando tus valores a tus objetivos

Reexamina tus valores
Ahora viene la parte especialmente interesante: puedes cambiar tus valores. Puedes elegir tus valores de manera consciente, e incluso cambiarlos radicalmente si así lo deseas. Tú no eres tus valores. Al igual que no eres tus pensamientos sino aquel que los piensa, tus valores son simplemente una brújula; no son tú.
Consideremos ahora la siguiente pregunta: ¿Para qué querrías cambiar tus valores?
Puede que desees modificar tus valores cuando comprendas y aceptes hacia donde te están llevando y te des cuenta de que un valor determinado te puede impedir llegar a la “mejor” vida que puedas concebir. Tu “mejor” vida es una lista de los destinos que deseas alcanzar, el “mejor” destino final que puedas concebir para ti. Tus valores son una medida de la dirección en la que te estás moviendo actualmente. En muchos casos ambas cosas son incongruentes, lo que significa que tus valores actuales están desalineados con la “mejor” vida que puedes llevar.
Puede que pienses que los valores son algo poco menos que irrelevantes, pero en el curso de las próximas décadas, elegir moverse en una dirección o en otra puede generar grandes diferencias. Imagina que apuntas con una flecha a una diana. Puede que pienses que una pequeña desviación, de apenas unos milímetros, tenga poca importancia. La realidad es que una pequeña desviación puede significar no ya que dejes de acertar en el centro de la diana, sino que ni siquiera le des. Cuanto más grande sea la distancia a cubrir, más importante será apuntar correctamente.
Si continuas viviendo con tus mismos valores, puedes suponer que en gran medida seguirás obteniendo los mismos resultados. Quizá ligeramente mejores si te aplicas conscientemente. Lo más probable es que haya una parte de ti mismo que esté insatisfecha con el lugar hacia el que te estás dirigiendo. ¿A qué aeropuertos te aproximarás pero nunca alcanzarás? ¿Alguna vez estarás en un estado de forma fantástico? ¿Alguna vez serás millonario? ¿Disfrutarás alguna vez de una relación satisfactoria?
¿Y si todo esto fuera posible para ti? ¿Cómo podría suceder? Cambiar conscientemente tus valores puede encaminarte en la dirección más apropiada. La clave es la siguiente: puedes cambiar los valores a lo largo de tu vida. Por ejemplo, si tu principal valor es la salud y ya estás en un estado de forma extraordinario, podrías reducir ligeramente tus entrenamientos y redirigir ese tiempo y energía a ganar más dinero. Tu inversión en salud se reduciría ligeramente, pero probablemente el efecto sería leve a corto plazo. La salud puede seguir entre tus valores prioritarios; simplemente ya no estaría en primer lugar. Al centrarte ahora en la nueva prioridad de Riqueza, finalmente la alcanzarías igual que has alcanzado un estado excepcional de forma. Después de un tiempo, quizá llegues a un punto en el que aumentar tus ingresos deje de resultarte especialmente satisfactorio. Puede que entonces decidas que la contribución es tu valor principal y emplees tus recursos de salud y dinero para generar un impacto positivo en tu entorno. A través de este proceso de cambio consciente de valores puedes pasar de ser una rata de gimnasio a un emprendedor a un filántropo. Has vivido una vida fantástica. Si hubieras mantenido tus valores originales hubieras sido una rata de gimnasio toda tu vida, y gran parte de tu verdadero potencial hubiera permanecido oculto. (Nota: Yo soy, entre otras muchas cosas, una rata de gimnasio ahora mismo).

Cambiando tus valores
¿Cómo decidir cómo cambiar tus valores? Recorres una nueva lista que priorizas, sólo que esta vez se trata de destinos, de resultados, de metas u objetivos. Simplemente repite el proceso anterior con la nueva lista.
Supongamos que tienes la siguiente lista de objetivos en tu vida:
  • Reducir el peso a 70 kilos
  • Convertirme en millonario
  • Mudarme a San Francisco
  • Convertirme en broker
  • Recorrer Asia
  • Enamorarme y casarme
  • Dar una conferencia frente a 5.000 personas
  • Saltar en paracaídas
  • Conseguir un papel en una película
  • Visitar la luna
  • Correr una maratón
Escribe tus objetivos en la vida. Decide cuáles son los más importantes para ti. Establece prioridades en la lista. Da igual si tienes más de 20 puntos; simplemente te llevará más tiempo jerarquizar la lista.
Estos objetivos representan cuál es la “mejor” vida que podrías vivir. No significa una buena o una gran vida; significa la mejor vida. Si una vida en la que no recorrer Asia no es la mejor vida que querrías vivir, entonces incluye ese punto en la lista.
Volviendo a la analogía de los aviones, estos objetivos representan tu lista de aeropuertos. ¿Ves ahora el problema de tener una lista estática de valores? ¿Cómo van a permitirte una única serie de rumbos alcanzar todos esos destinos? Los valores que te permitan convertirte en millonario son diferentes de los que te permitirán casarte. Los valores que te lleven a saltar en paracaídas son diferentes de lo que te permitirán convertirte en broker. En algún punto del camino deberás relajar tu enfoque en algunos de estos objetivos para centrarte en otros, así que te convendrá convertir unas cosas en más importantes que otras, al menos por un tiempo.
Si fallas a la hora de enfocar tu energía en las metas que son realmente importantes para ti, algunas de estas se alejarán, y eso es un precio muy alto que pagar. Puedes tener éxito en tu carrera y no casarte nunca. O puede que te cases pero que nunca disfrutes de un gran estado de forma.
Piensa en algunos de los grandes objetivos que has logrado en tu vida. ¿No es cierto que un objetivo concreto se convirtió en una gran prioridad para ti durante un determinado periodo de tiempo? En el proceso, probablemente de manera inconsciente, tus valores se adaptaron a tu meta. Una vez llegaste adonde querías, los valores que te llevaron hasta allí pasaron a ser menos relevantes.
Ahora que cuentas con una jerarquía de metas, elige las principales para ti y desarrolla conscientemente una lista de valores que te guíen hasta ellas. Supón que pesar 70 kilos es tu prioridad número uno. Para conseguir este objetivo, quizá quieras hacer de la salud tu valor principal. Después puede que la disciplina pase a ser el segundo valor, dado que la necesitarás para seguir una dieta y un programa de ejercicios. Quizá te interese que el aprendizaje sea el tercer valor, de manera que estés dispuesto y receptivo a aprender más sobre nutrición y vida sana. Diseña tu lista de valores en función de tus circunstancias actuales. Como cualquier habilidad, al principio esta puede parecer difícil. Con el tiempo te resultará cada vez más fácil rediseñar tu jerarquía de valores para adaptarlos a tus objetivos.
Cada vez que consigas una meta, es un buen momento para seleccionar otra y actualizar tus valores de manera acorde. Una vez que hayas corrido una maratón, si te sientes preparado para enfocarte en otra cosa, como convertirte en millonario, puedes rebajar tu enfoque en la forma física unos cuantos puntos y entrar en modo de mantenimiento en ese apartado para potenciar valores como la abundancia, el éxito o el coraje, valores que te serán más útiles en tu nuevo camino.
Muchos libros sugieren que derives tus objetivos de tus valores. Yo sugiero el procedimiento contrario: deriva tus valores de tus objetivos. Lo primero puede generar mucha frustración, ya que ciertos valores estáticos pueden hacer que te resulte difícil alcanzar ciertos objetivos o siquiera proponértelos. Es mejor decidir primero los objetivos y luego derivar una jerarquía de valores a partir de ellos. La analogía de los aviones nos ayuda a comprender mejor esto: antes de decidir una trayectoria para un avión, debes decidir primero en que aeropuerto va a aterrizar. Si trazas un rumbo antes de saber el objetivo, experimentarás grandes dosis de frustración tratando de hacer que el avión llegue al aeropuerto que te has propuesto.

Valores (2): Evoca y prioriza tus valores

Conocer los propios valores es algo importante. Los valores, junto con las creencias, son directrices personales de las que emanan nuestros comportamientos. Son una guía para vivir la propia vida.
Los valores son lo que en PNL se denominan “nominalizaciones” (ver El metamodelo del lenguaje). Son conceptos abstractos, entes que no tienen una existencia real. En el ámbito comunicativo, simplifican la comunicación aunque a menudo añaden confusión a la misma, ya que cada uno entiende algo diferente para una misma palabra. “Puntualidad” significa algo diferente para cada persona, y si no te lo crees se lo puedes preguntar a mis amigos. Si entramos en terrenos más delicados como “Honestidad”, “Respeto” o “Lealtad”, nos daremos cuenta de que conviene precisar en cada caso lo que supone para cada una de las partes implicadas.
Los valores son principios directivos, flechas indicando hacia un lugar determinado. Conocer tus valores te permitirá ganar enfoque y claridad, una claridad que te ayudará a tomar decisiones consistentes y congruentes en el tiempo. Descubrir tus valores te permitirá mejorar tus resultados en aquellas áreas que son más importantes para ti.
Los valores establecen prioridades sobre cómo emplear tu tiempo. Hay dos razones principales por las que esto es importante:
  • El tiempo es, junto con nuestra atención, nuestro recurso más limitado. Cada vez que vivimos un día, ese día se ha ido para siempre. Si empleamos ese día haciendo acciones que nos dan resultados distintos a los esperados, esa pérdida es permanente y sólo quedan las lecciones aprendidas. Podremos ganar más dinero, podremos mejorar nuestros cuerpos, podremos arreglar relaciones medio rotas, pero no podremos volver a vivir el pasado. Si todos tuviéramos un tiempo ilimitado, quizá los valores serían irrelevantes. Pero aquí, en la tierra, somos seres mortales con una expectativa de vida limitada, así que es lógico invertir nuestro tiempo de la mejor manera posible. Eres libre de decidir que significa “lo mejor” para ti. La simple idea de que diferentes permutaciones de tu vida te resulten más atractivas que otras significa que conocer tus valores será muy beneficioso para ti. Por otra parte, si cualquier posibilidad futura te parece tan buena como cualquier otra, entonces puedes dejar de leer; no necesitas esta información. Sin embargo, la mayor parte de la gente puede visualizar versiones de sus vidas que les resultan más interesantes que otras.
  • Los seres humanos tendemos a ser bastante inconsistentes en la manera en que empleamos nuestro tiempo y nuestra energía. La mayoría de nosotros nos distraemos fácilmente. No es difícil caer en la trampa de vivir con prioridades diferentes cada día. Un día te ejercitas, al día siguiente te dejas estar. Un día trabajas de manera muy productiva, al día siguiente te dejas llevar por la pereza. Si no utilizamos conscientemente nuestras prioridades para mantener un rumbo claro y consistente, corremos el riesgo de desviarnos y empezar a dar tumbos. Y este tipo de vida ofrece resultados muy pobres. Imagina un avión que fuera con el viento. ¿Quién sabe dónde aterrizaría finalmente? El mismo viaje resultaría estresante e inseguro.
Debido a estas dos razones, tiempo limitado y un índice de distracción alto, conocer tus valores y vivir según ellos es algo muy importante. Los valores funcionan como una brújula que nos mantiene en rumbo día tras día, de manera que usándolos podemos mantenernos en el rumbo hacia la “mejor” vida que podamos imaginar. Cuando digo “mejor” me refiero a tu propio ideal, aunque a medida que te aproximas a “mejor” vas encontrando nuevos matices aunque quizá no llegues adonde te proponías en principio. Esto tiene sentido porque todo es parte de un continuo. Hay algunos conceptos discretos como “estar casado” o no estarlo, pero tu salud, tu economía, tus relaciones o tu felicidad son continuos, lo que significa que pueden mejorar o empeorar gradualmente. Parece razonable decir que cuanta más salud, felicidad, dinero, relaciones íntimas, paz interior, amor… será mejor que cuanto menos.
Es interesante pensar que, dado que nuestro tiempo es limitado, y dado que se necesita tiempo para moverse en ese continuo de estados, normalmente no podemos lograr instantáneamente nuestro concepto de “mejor”. No podemos aterrizar inmediatamente nuestro avión; todavía está volando. Además, todo el mundo tiene una definición diferente de lo que “mejor” significa para ellos. Para algunas personas una buena salud es algo obligatorio. Para otras las relaciones son lo más importante. Para cada uno de los valores, cada persona está en un punto diferente del continuo. Imagina que hay un montón de aviones en vuelo, habiendo partido cada uno de un aeropuerto diferente y dirigiéndose también a un destino diferente. Es imposible trazar el mismo rumbo para cada avión y hacer que aterrice en su “mejor” aeropuerto. Cada avión necesitará su propio trayecto.
Por poner un ejemplo más humano, cada uno está en un estado de forma diferente, y cada uno tiene un objetivo diferente (si lo tiene) en su propia visión de “mejor” estado físico. El rumbo que cada persona tomará hasta llegar a su “mejor” estado será por tanto diferente y único.
Debido a estas diferencias individuales, algunos de tus aviones estarán más cerca que otros del aeropuerto. Si quieres pesar 70 kilos y ahora mismo pesas 75, el avión ya ha avistado el aeropuerto y está realizando su aproximación a la pista de aterrizaje. Si quieres convertirte en millonario y ahora mismo posees deudas y tienes un salario bajo, tu avión apenas acaba de despegar.
Como no puedes hacerlo todo a la vez, debes decidir qué aviones son más importantes para ti. Quizá no puedas hacer aterrizar todos tus aviones en el curso de tu vida; después de todo ni siquiera sabes cuánto vivirás. Tampoco sabes exactamente cuánto durará cada uno de los vuelos. Pero date cuenta de que cuanto más cerca esté un avión del aeropuerto, mejor será ese área de tu vida.

Evocando tus valores
A continuación te presento un método paso a paso para crear tu jerarquía personal de valores. Este puede ser un proceso que te tome algo de tiempo y que precisa tu atención concentrada. Si ahora es un mal momento para ti, puedes echarle un vistazo por encima y volver aquí cuando dispongas del tiempo y la tranquilidad necesarias. Es trabajo duro, pero los resultados valen la pena.
La pregunta que debes contestar es: ¿Qué es importante para mí en la vida?
Escribe una pequeña lista de valores que respondan a esa pregunta. Reduce las respuestas a una o dos palabras que tengan significado para ti. Por ejemplo, si una de tus respuestas es “Desarrollar una carrera profesional exitosa”, puedes reducirla a “Éxito”. Si lo prefieres puedes recurrir a la Lista de valores que publiqué anteriormente para construir la tuya propia. Evita preocuparte sobre el orden de los valores o la longitud de tu lista. Ahora mismo simplemente toma nota de lo que consideras importante para tu vida.
Al final terminarás con una lista similar a esta (fue la mía en su momento):
  • Responsabilidad
  • Honestidad
  • Puntualidad
  • Flexibilidad
  • Verdad
  • Salud
  • Tolerancia
  • Ternura
  • Solidaridad
  • Curiosidad
  • Compromiso
  • Integridad
  • Lealtad
  • Transparencia
  • Respeto
  • Humor
  • Pragmatismo
  • Belleza
  • Crecimiento
  • Trabajo
  • Originalidad
Da igual la longitud de la lista, aunque yo prefiero poner un límite de 25 valores. Si tienes más, considera recortar aquellos valores que te parezcan menos representativos o, si hay algunos similares, puedes probar a agruparlos para crear algunos nuevos que engloben a los anteriores.

Prioriza tus valores
El siguiente paso es establecer prioridades y ordenar la lista. Existen varios métodos diferentes; yo te propongo el siguiente.
Para establecer una clasificación, debemos comparar cada valor con respecto a los demás. Supongamos que queremos establecer una jerarquía entre la siguiente lista de cuatro valores:
  • Responsabilidad
  • Honestidad
  • Puntualidad
  • Flexibilidad
La pregunta a la que deberemos contestar para detectar nuestra prioridad es:
¿Para sentirme realmente feliz y satisfecho, ¿necesito más la Responsabilidad que la Honestidad?
A medida obtengamos la respuesta (sí o no) a cada una de estas preguntas, empezamos a confeccionar nuestra propia escala. Si todas las respuestas han sido sí, es decir, que la Responsabilidad es más importante que la Honestidad, la Puntualidad y la Flexibilidad, entonces sabemos que la Responsabilidad es el primer valor de nuestra escala. Si por el contrario llegamos a la Puntualidad y la respuesta es no, sabemos que la Puntualidad es más importante que la Responsabilidad. En ese caso debemos seguir comparando el resto de valores con el nuevo valor “más importante” (Puntualidad). Si al terminar la lista todas las respuestas han sido afirmativas, este será nuestro primer valor. Este proceso se repite con cada uno de los valores de la lista hasta que hayamos establecido por fin una jerarquía.
Al terminar la clasificación, dedica un poco de tiempo a reflexionar sobre la misma:
  • ¿Podrías vivir sin alguno de esos valores?
  • ¿Hay algo en tu vida verdaderamente importante que hayas olvidado hacer constar?
  • ¿Son algunos de tus valores símbolos de otros? Si “Quieres ser rico para poder viajar”, entonces tu valor son los viajes y no la riqueza. Si “Aspiras a la fama para ser admirado”, entonces tu valor puede que no sea la fama sino el éxito, la autoestima o la amistad.
Examina cada valor y comprueba que es lo que persigues realmente. Dedica el tiempo necesario para revisar tu mapa hasta que te parezca correcto.